PIENSO



Pienso 
luego escribo mis pisadas que se anotan.

Pienso en el rocío, el cual no me refleja.

En la calle que se pliega
mi edad inmóvil que la pienso,
me pasea, por supuesto.

Los pasos se colocan uno delante del otro
y taconeo como siempre.

Se taconea ardientemente sobre el piso.
Con retornos ruedo muy rotundo
como quiero en la calzada.

Pienso
luego pisoteo y bamboleo.

Pienso y zapateo.

Pienso y freno,
pues no olvido el equilibrio tan precario de mis pasos
como ese clavo
a los pies del Nazareno.