LES PROPONGO, POR AUGUSTO



Fallecido el 11 de Enero de 2006 en Buenos Aires, Argentina.

(“El que come calafate ha de volver, a sus playas y a sus tierras...")

Veo que el foro se ha llenado de Pitágoras, acólitos y estoicos
Veo mucho carnaval, demonios rojos y fruteros
pregonando idioteces y la Santa Misa aquí en el ágora.
No me ando de indirectas. No se pongan paranoicos
El color de cuna me lo dieron con los óleos y lo mantengo. 


Mi santa indignación de cura. Y de eso nunca me avergüenzo
Ver tanto apátrida quebrado ha sido más que suficiente.
Como héroe saltando al abordaje o poeta acongojado
bramo a ustedes, carnaval de oligarcas prepotentes.
Se han quedado todos muy callados.


Veo con mi bola de cristal que son pocos
los que saben llorar con lágrimas inmensas y sin mocos.
Al natalino y muy difunto Augusto Alvarado Cárdenas
ese que nunca tuvo miedo de saludar a sus verdugos
a pesar de tan terrible nombre, hay que recordarlo seriamente.
(Ahora que lo nombro están incómodos y con amnesia
sobre todo aquellos que no están ni ahí, ni aunque vinieren.
A lo más se quedarán callados como cabros de la escuela).

Déjenme decirles que el difunto Augusto, hijo de Alvarado
también era hijo de sí mismo y de la patria Patagonia,
(Esa patria sin fronteras en la que no caben las trincheras
pues nos unen, calafates y toninas. Y esqueletos de ballenas).

Era hijo puro de la pampa, del témpano y del viento.
Y me detengo; porque este verso ya parece de poeta,
lo cual por lo demás tampoco me sorprende.
Me niego a recordar su nombre con la rabia
de cuando era un detenido y torturado
aunque alguno me recuerde que a mí no me concierne.


Recordaré su caminata al hospital a parlotear con enfermeras
para mirar feliz a todas las doncellas.
Cómo rugían, bramaban y tosían esas provincianas
cuando el doctor Augusto les hacia el treinta y tres.
Y él ni se movió del escritorio para observar esas enaguas.


Recordaré a ese reportero de la pampa
esperando quieto a que el viento amaine
afilando su cuchillo junto al vino
con el mapa exacto del Tesoro de Cambiaso:
la mejor botillería de su patria.


Por ello brindo en bota, con el truco y la bufanda.
Y tal como se estila, con mi boina Alosegui de Tolosa,
Que me disculpen los que beben chicha en cacho
Aquí bebemos vino con el calor de la amistad.

(Siempre los chumangos cuando estamos sobrios
le cantamos a la pampa por unanimidad.)

Hubiera querido dormirse con un canto de sirenas
o a lo menos despertar con la Marcha de un Chopin
pero lo despertaba el ulular de los Bomberos
y el infame bombo del Guatón Abdala y Lamebotas


Algún pálido con vocación de atleta recordará
la historieta del boxeador llamado Cloroformo.
Ese intérprete de payas que se creía Juan Tenorio
y que perdió el campeonato por pegar a la maleta
con el misterioso golpe llamado el gualetazo.


Allí estará Augusto Alvarado Cárdenas
en el perímetro de todo el cuadrilátero
recién bañado y cantando a todo pecho
la canción terrible y nacional de los infiernos
aunque él no creyera en el túnel de la luz
ni mucho menos de perdidos en el túnel de los tiempos.

Estará haciendo lo que siempre hizo:
concertando  la vida de los ángeles,
mateando un cacho con los querubines,

y protestando un pliego de petición
Les estará diciendo rugiendo mordiendo:


Mijos;
llevan mucho tiempo estrujando este limón
están maduros pa´la jubilación.
Vayan retirándo esa costra para fuera
de curas y estropajos, teólogos, cadenas.
Hace algunos años se acabó la esclavitud
Es mejor, amigos, que abandonen el burdel
porque ustedes ya no tienen vocación
.


Amigos; les propongo por AUGUSTO
por solo un día

mirar al sur.
Tal como era su saludo.