DE CADÁVERES























Aquí está el incrédulo cadáver.

Un cadáver tan distinto de aquel muerto
porque el muerto es un modo que se calla en un entierro.

Distinto es el difunto con sus ceremonias y velorios
o el fallecido con su gesto de viudo y de notario
con oscuro traje ex profeso en el sepelio

o el extinto que suena a colofón del obituario.

Pero el cadáver que se ama
aquel desnudo en el depósito y con acento lóbrego
tiene algo de suicida
y de mortaja, de huesera y calaveras.
de esqueleto con agudos huesos de guadaña
comparece con terror y compadece pánico.

El cadáver es lo criminal con esa "R" de la urna y de su verso irrevocable
con sus AES de catedrales medievales
infectadas con bandada de esqueletos de paloma
o del viajero de algún féretro
que se sopla entre los huesos de los dientes
con sus cántico morado.

El cadáver es primo hermano de la víctima que espanta
y siempre el más desnudo amortajado.

No tiene carajadas - Cárcamo - de carne
y desde el pecho de la escuela
regurgita crápulas y férulas
 y el vicio venenoso de sus versos.

El cadáver que platica en la bandera de combate
es la muerte misma que batalla 
aquí a tu espalda con tu ángel
a plena cuchillada en tu omóplato desnudo.
. . .

EN EL DIA DE MI ONOMASTICO

Sufre la hoja su caída
y el círculo se entrega a su rutina
ya verás que es de amanecida.

Soy el soltero sin el ruido
con el terrón deshecho de su vida;
de barro y sueño.

Y se inclinó ese jardinero
sobre una mata de maleza.

Cantó la cabeza del zorzal
sobre el pasto del jardín
su trino pesimista.

Beatrice; la pordiosera
rompió su cráneo frágil
contra el vidrio de la esquina.

Y está malhumorado
el viudo dueño del boliche.

El barredor de la cuneta
me miró con gran tristeza.

Y el camión de la basura
pasa mirando por mi casa pulcra;
la mira con sospecha.

No.
No era el corazón.
Era el celular lo que vibraba
en el bolsón de mi chaqueta.

La secretaria preguntó apurada
dónde quedaría esa carpeta.

A las diez me tomé un café
Y me reí…

A la una
comí ese plato de verduras.

Por la tarde resolví
algunos problemas financieros.

Me fui al gimnasio
Y sudé…

Las noticias como siempre
fueron todas malas:

Murió ese astronauta en su caída.
Robó ese ministro algún semáforo.
Mató ese criminal con gran alevosía.
El tráfico cada día está peor.
El pan volvió a subir de precio.
Hay que proteger las fronteras del país
y mejorar la plusvalía.
El cielo con sus ángeles
está apunto de caer.
¿Don Jaime escuchó usted
qué tremenda novedad?

Sí.

Es lo que acaba de decir el noticiario.

Cumplí mis ocho horas de oficina.
Y con el pago de mis cuentas
cumplí mi cumpleaños treinta y seis

Y ha pasado todo el jueves
ladrando como un perro.

Y me ladró el amor
con su látigo aritmético.
Pero eso fue anoche
antes de todos mis regalos

Apenas estaba Dios esta mañana en ese trono que le dieron
de barro y sueño.


GRACIA PLENA




Benditas sean las raras
maratones de tus labios que aprovechan mis rincones
y benditos esos cardenales bruscos.


Benditas sean tus cartas de tarot
clavadas al canto vivo en el monte venusino
y que son tus raras excepciones.


Bendita sean esas ingles tras la curva de tus nalgas
y tu bola de cristal entre las piernas
que embelesan mis articulaciones.


Bendita sea tu gordura cariñosa y tus ganas flacas
ambidiestras bondadosas
con mi centímetro redondo. 


Bendito siempre sea este lamido quejumbroso
y el mordido bendecido que lamenta
tus escombros recorridos como si fuera Lucifer.

Intrínsicamente
que bendito sea tu marido
y expresamente
el cornudo que me hacés.

Bendita sea la revista femenina que tutelas
y esa boca tuya que me injuria en cada texto
y los dedos de tus pies que me rasguñan
y el lazo que rodea tu cintura que me cimbra
y que lastima con pretextos
y las migajas que repartes
benditas sean exprimidas de tu profundo acantilado.

Bendito sea ese tatuaje
con su flor de lis
en la nuca de tu lengua
mariposa que se posa roja
en la punta de mi gota.

Benditos sean esos dedos comprimidos
que apuntan al corazón equivocado
y bendita seas de rodillas cuando imploras.
y maldita
cuando olvides mi nombre para siempre.