CUANDO ME TRAGUE LA TIERRA




Cuando me trague la tierra
no me daré ni cuenta
porque estaré pa' la corneta.

Desde mi cajita feliz
mirando desde el otro lado mi brigada
sabré donde caí parado
porque a partir de allí me mantendré con dieta
y estaré muy decidido a mantener la boca quieta
en mi cortejo muy tranquilo y educado.

Mis amigos me despedirán como suelen hacerlo:
Parados en la pelota
Comanda
 el guaripola decaído
con fermentos y taninos compatriotas ex profesos.
Espero que sean como cientos los conversos
y dos con versos.

- No somos nada . . . dirá mi viejo melancólico.

- Y hasta aquí no más llegamos . . . dirá ese breve.

- Eso le tocaba hoy,  por el horóscopo . . . el supersticioso.

- Ha sido muerto por aclamación . . . era el mejor.

Es lo menos que merezco.

- ¿Alguien sabe dónde está guardada la escopeta? Dirá mi compañera.

Esta pregunta los dejará
colgando en la ampolleta.

Era imposible vivir con un genio...
Le interesaba todo sobre sí y nada sobre mí...

Serían las palabras de mi diosa del amor.

Debo decir, eso sí, honestamente
que en ella siempre estuvo mal su desempeño
para que no se haga la doliente victoriosa
Pero a otra cosa mariposa.

Es tan grande lo que viene de este afán en esta fosa
que lo más probable es que dure miles de milenios saber alguna vez;
¿qué ha sido todo esto que viví?

Mucho.
Para ser un sueño

Poco.
Para ser verdad.

Nada.
Para ser la vida.