DE CADÁVERES























Aquí está el incrédulo cadáver.

Un cadáver tan distinto de aquel muerto
porque el muerto es un modo que se calla en un entierro.

Distinto es el difunto con sus ceremonias y velorios
o el fallecido con su gesto de viudo y de notario
con oscuro traje ex profeso en el sepelio

o el extinto que suena a colofón del obituario.

Pero el cadáver que se ama
aquel desnudo en el depósito y con acento lóbrego
tiene algo de suicida
y de mortaja, de huesera y calaveras.
de esqueleto con agudos huesos de guadaña
comparece con terror y compadece pánico.

El cadáver es lo criminal con esa "R" de la urna y de su verso irrevocable
con sus AES de catedrales medievales
infectadas con bandada de esqueletos de paloma
o del viajero de algún féretro
que se sopla entre los huesos de los dientes
con sus cántico morado.

El cadáver es primo hermano de la víctima que espanta
y siempre el más desnudo amortajado.

No tiene carajadas - Cárcamo - de carne
y desde el pecho de la escuela
regurgita crápulas y férulas
 y el vicio venenoso de sus versos.

El cadáver que platica en la bandera de combate
es la muerte misma que batalla 
aquí a tu espalda con tu ángel
a plena cuchillada en tu omóplato desnudo.
. . .

EN EL DIA DE MI ONOMASTICO

Sufre la hoja su caída
y el círculo se entrega a su rutina
ya verás que es de amanecida.

Soy el soltero sin el ruido
con el terrón deshecho de su vida;
de barro y sueño.

Y se inclinó ese jardinero
sobre una mata de maleza.

Cantó la cabeza del zorzal
sobre el pasto del jardín
su trino pesimista.

Beatrice; la pordiosera
rompió su cráneo frágil
contra el vidrio de la esquina.

Y está malhumorado
el viudo dueño del boliche.

El barredor de la cuneta
me miró con gran tristeza.

Y el camión de la basura
pasa mirando por mi casa pulcra;
la mira con sospecha.

No.
No era el corazón.
Era el celular lo que vibraba
en el bolsón de mi chaqueta.

La secretaria preguntó apurada
dónde quedaría esa carpeta.

A las diez me tomé un café
Y me reí…

A la una
comí ese plato de verduras.

Por la tarde resolví
algunos problemas financieros.

Me fui al gimnasio
Y sudé…

Las noticias como siempre
fueron todas malas:

Murió ese astronauta en su caída.
Robó ese ministro algún semáforo.
Mató ese criminal con gran alevosía.
El tráfico cada día está peor.
El pan volvió a subir de precio.
Hay que proteger las fronteras del país
y mejorar la plusvalía.
El cielo con sus ángeles
está apunto de caer.
¿Don Jaime escuchó usted
qué tremenda novedad?

Sí.

Es lo que acaba de decir el noticiario.

Cumplí mis ocho horas de oficina.
Y con el pago de mis cuentas
cumplí mi cumpleaños treinta y seis

Y ha pasado todo el jueves
ladrando como un perro.

Y me ladró el amor
con su látigo aritmético.
Pero eso fue anoche
antes de todos mis regalos

Apenas estaba Dios esta mañana en ese trono que le dieron
de barro y sueño.


GRACIA PLENA




Benditas sean las raras
maratones de tus labios que aprovechan mis rincones
y benditos esos cardenales bruscos.


Benditas sean tus cartas de tarot
clavadas al canto vivo en el monte venusino
y que son tus raras excepciones.


Bendita sean esas ingles tras la curva de tus nalgas
y tu bola de cristal entre las piernas
que embelesan mis articulaciones.


Bendita sea tu gordura cariñosa y tus ganas flacas
ambidiestras bondadosas
con mi centímetro redondo. 


Bendito siempre sea este lamido quejumbroso
y el mordido bendecido que lamenta
tus escombros recorridos como si fuera Lucifer.

Intrínsicamente
que bendito sea tu marido
y expresamente
el cornudo que me hacés.

Bendita sea la revista femenina que tutelas
y esa boca tuya que me injuria en cada texto
y los dedos de tus pies que me rasguñan
y el lazo que rodea tu cintura que me cimbra
y que lastima con pretextos
y las migajas que repartes
benditas sean exprimidas de tu profundo acantilado.

Bendito sea ese tatuaje
con su flor de lis
en la nuca de tu lengua
mariposa que se posa roja
en la punta de mi gota.

Benditos sean esos dedos comprimidos
que apuntan al corazón equivocado
y bendita seas de rodillas cuando imploras.
y maldita
cuando olvides mi nombre para siempre.

EROS Y TÄNATO

MUERTE;


Arderás
como un sol sobre mi cuerpo,
encendida fruta espesa.


Y bastará mi voz
para acallar tu fuego;


VIDA

STELLA DIAZ VARÍN


La flaca es pelirroja
Peligrosa y otras diosas
Pelirrojo el aire que respiro en sus películas. 
La guerra con todas sus batallas y combates
y las manillas de su reloj despertador
ring ring
con su aparato atracador aterrizando
certifican sus bellos pelirrojos.

Bonita y roja - voy citando sus escritos - 
como el corazón de la madera
con ronca voz humeante de las motos
y rudo terciopelo bermellón
caudaloso es su cogollo de bravura roja

Pelirroja es su rodilla donde hospeda  
la más íntima canción de inquina
cuando a pie en los urinarios mea.
La roja llama de la vela es gota,  si es que llora.
Y es el brillo del tomate
fresco - del huerto – beso.

El soltero azar con su bandera pitonisa
pero bello de revolución
la colorina lo adivina. 
Es pelirroja su púrpura paliza que predica
y maltrata con un jab
la mariposa contrincante que le toca 
La desnuda brasa que me iza a la tormenta 
Díaz se apellida en su crepúsculo parado en la cornisa.

Cristo en el circo de los mismos
o la fogata colorina y su peinado
se encaraman en el cielo de mis párpados cerezos 
y en la barra empina el codo la cresta de los gallos
porque sabe que es bella pelirroja 
hasta el coraje de sus huesos.

Sola contra el mundo con pelirrojos pies,  
su majestad voraz de los incendios danza 
y resucita entre los vértigos desnudos 
de la palabra mujeril 
precisa
que en su víbora babea de latidos
la nupcial antorcha de Lourdes
soplando en su botella los náufragos de viejas violaciones.
Lo sé,  
porque vengo de su luz chilena como escombro vivo 
y porque asisto a misa.

Ardió
y ardió a los cielos.
Se prendió fuego
en un millón de chispas huecas de vacíos cavernosos 
sordas,  por ejemplo
y más que llama  
humo perfecto y todo en la ventana.





PÁJAROS DE INVIERNO



Clavaré veletas
para que no las mueva el viento
y  el humo de la chimenea
será el camino de los pájaros de invierno
perdidos en el tráfico de vuelos  iniciales.
Vendrán a casa de mis madres por la estela de ese humo

Esas aves son memoria
en las hojas de mis  vacaciones invernales.
Arribarán con cantos que olvidé
cuando sueño junto a ti
porque te quedan perfectas las historias.

Guardaré el granizo de tanto atrevimiento.
A los pájaros les gusta el blanco de sus  rotundas plumas
y el vértigo perfecto de su trazo.
El granizo
es baqueta en la membrana del tambor de cada techo
y trazo de arquitecto.
A los pájaros les gusta el blanco de sus rotundas plumas
y el vértigo perfecto de su trazo.
Y sus  huevos 
con su curva de embarazo empollarán un arcoíris.

La sonrisa  del verano de mis hijos impecables
será  parida en un rayo luminoso
fugitivo y frío
y en la barriga negra de las nubes
que no es la curva comentada
clavaré la veleta como quilla.

Se me queda la luz prendida en el espejo 
por eso escapan las palabras antes de su entierro
cuando te aparece de improviso dando saltos de contenta
con naipes de soldados y diamantes
porque hablo sin temor  y desprovisto de dolientes atenuantes
cuando clavo la veleta en mi memoria.

Es que es mucho
el granizo con la nieve galopando mis tristezas
por la ausencia
por el sótano que sale de mis ojos
por el entremedio interrogante de mis muertos
porque escribo este poema en un tiempo indefinido  de mi vida
y clavó la veleta muy precisa medio a medio.

La granizada me golpea hasta la muerte de mi infancia
y me aturde torrencial
puntual
exacta. Con vocales 
me atolondran la insoportable médula sin nombre
y me asfixia ese redoble si no clavo la veleta 
de aquí a noviembre y en mi pecho

Hay mucha metafísica nevando
en la levedad del miedo centenario al recordarte
Miro los demonios por las llamas de la chimenea
mientras sube acelerado el humo de sus almas
por la veleta girando como loca en la tormenta.

Ya sé lo que haré en este invierno.
Clavaré veletas
para que no las mueva nunca el viento
con amenazas de regresos.


POEMA EN EL ROPERO

Invíteme a dibujar las curvas que deseo. Verá
que se parecen a las suyas.
A dibujar ciudades y autopistas
en sus tejidos y sus nudos 

invíteme al revés del universo;

Ofrézcame el portal de sus zancadas y derrítame,
a ver si me perturba
el pensamiento submarino y el jadeo tenebroso
de la profunda golondrina sumergida 

en la nube musculosa de sus pasos
que son mis pretensiones de adulador sin disimulo.

Mis fantasías 
acállelas con sus correos
a cada paso, en el braceo y al año nuevo
Murmúrelas apenas por escrito. 

Usted sabe mi nombre y conoce mi dictado.

Sírvame la copa más profunda y mídame el tamaño 
de la sed que yo a usted le tengo.
Incíteme y celébreme hasta el goteo
la cantinela de profeta  que le zumbo 
con perfume macho.

Provóqueme la noche que le tengo prometida.
La misma de la boda primeriza 

que tiene serpentinas y semillas
líquenes y plumas cocorocas.



Atáqueme  de espaldas
y disimúleme en los sueños, cataratas y gorjeos.
Perviértame con golpes de almohadones
y a lengüetazos  
la certeza de este amor eterno que padezco.



Adúleme con la apretada ropa de sus curvas,
y su tatuaje que perturba 
mi ponzoña en la mordida
Osténteme princesa
al sonoro timbre de mis dientes sin vergüenza,
revéleme sin el recato de sus piernas.

Enrúlese los rizos
en sus moños y en su cola de caballo
y con su idioma hispanoamericano
bautíceme con la  miel de sus deseos
que estoy para servirle así torcido y todo.


Mastíqueme despacio, despacito
por el tiempo en espiral y mójese los labios
antes de subir al corcel del carrusel.
Aféiteme las ganas de quererla en el espacio
y en el calendario gregoriano.

Y si no me cree la plegaria ni el apetito de mi rezo
recomiéndeme con otras pibas 
las ganas que se pierde
la jornada voluptuosa que desprecia
y júreme que le sobra  este vicio exuberante
o béseme con su navaja de improperios.

Y apláudame sobradamente la candidez 
por mi descarado atrevimiento
siempre suyo y cuando quiera.

PATRICIA


Vino blanco del valle con sus trigos
y su resplandor dorado
es Patricia marital y adobe
en los muros de la iglesia
azotando sus cabellos rubios
al vigor de los membrillos.

Y sus pechos casi nuevos
son la fracción del pan temprano
o la torta rutilante de los higos.

Sus rayos luminosos me fragmentan
como el oro de monedas
en las manos huecas de un mendigo.

Detona su franca risotada
que devoro en pleno Enero
cuando escapa saltarina
y evasiva
o
imposible
como siempre.

Y regresa
a mirar lo que me rompe adentro.

¿ POR QUÉ ESCRIBO ?


En el año 2006 encontré “La Página de los Cuentos". Allí hice muy buenos críticos con mis escritos; lectores y enemigos.  Antes de participar en dicha página,  escribía experimentalmente, exploraba, jugaba. Nadie padecía mis escritos. Pero al ingresar a formar parte de esa comunidad las cosas cambiaron, alguien se tomaba en serio lo que yo hacía y me pregunté:  ¿Por qué escribo? 

Para entender, para vivir más allá de mí, para ser lo que no soy, para que nada de esto se vuelva a repetir. 

También para repetir mis felicidades de infancia y sus miedos. Para volver a inventar historias revolucionarias y perversas. Para sellar la memoria. Para sanarme de no sé qué. Para olvidar; definitivamente para olvidar. Para odiar sin daño. Para mirar con ojos de papel porque escribir es saber mirar. Para intentar escribir mejor. Para trabajar. Para precisar la realidad. Para mentir y falsear sin pecar. Para vivir la libertad. Todo eso y al mismo tiempo. Para inventarme y porque no queda otra salida 

Me gustaría decir que escribo “para sobrevivir a la muerte”… “deambular por el laberinto humano”… o para "expresar el ser, el Dios, en la claridad del ser-ahí del Otro", pero no sé por qué escribo, nunca se me ocurriría pensar en ese tipo de transcendencia. Me interesa mucho más entender para qué escribo. 

Tal vez por contorsionista escribo, porque lo necesito, porque adoro las sorpresas, porque no quiero ser infeliz y padezco un tremendo narcisismo. 

Porque de pronto las cosas en las que creía ya no valen y mis escritos siguen siendo ciertos aunque avergüencen. 

Porque no estoy muriendo. Por dármelas de descubridor. Porque la felicidad está en las palabras y necesito urgentemente repetirlas, retorcerlas, rejuvenecerlas;  incluso fingirlas.

Porque no sé bailar. Porque todas las cosas tienen infinitos significados. Porque leo. Porque necesito nombrar algunas cosas de nuevo, nombrar a alguien que ya olvidé,  por exceso de lectura. Porque la sigo amando. Porque la deje ir. Porque lo hice. Porque es barato este delirio. Porque necesito contarme cuentos y significar visiones. Porque ordena. Porque si escribo, no hago las tareas, entonces escribo por flojera en vivir la vida.

Escribo por crear objetos de arte cuya materia es el lenguaje, porque se libera una pasión que comunica, Es cierto que comunico de mis experiencias personales pero el motivo no es el comunicar, sino el liberarme de no sé qué.  

Porque alguien me espera. Porque solo me perdonan lo que escribo. Porque alguien me espera en ese vendaval de esdrújulas barrocas. Porque un texto me contaminó. Porque no entiendo. Porque también requiero una cama de laureles, las ínfulas de divo y mi levitación periódica con su aureola de santidad edénica. 

Porque me gusta ver caer la nieve y que no haga ruido. Porque no quiero hacer nada más y no soporto que me digan lo que tengo que hacer. Porque transpiro. Porque me gusta mentir. Porque me gusta teclear. Porque de ese acto no ocurrirán batallas con su número de muertes. 

Eso sí; me gusta corregir más que escribir y para que ello ocurra, primero debo escribir. Porque se acaba el tiempo. Porque me permite estar absolutamente solo, sin nadie a quien escuchar, sin nadie a quien salvar. Por sin sentido y sin razón. Por ti y por mí.

Todo esto y más, ha sido escrito y pensado por otros y mejores, por nadie y por todos, por lo tanto no escribo para ser original si no para testimoniar lo que leí, lo que escuché, lo que alguien sopló a mi corazón, lo que no olvidé y dolió. Para llenar silencios o liberar el ruido que no permite silenciar mi mente.

Para conversar con otros textos porque en la cabeza me explota el torbellino de palabras, porque me gustan hacer amigos y rabiar a los enemigos.

Porque nadie es el mismo después del texto. Porque se es mejor persona para los Otros; incluyendo al que fui, lo cual reduce las sombras que proyecto.

Tal vez escribo para salvarme de no sé qué, ni para qué.


Porque al fin encontré una palabra que tal vez lo explique;                                             ESCRIVIVIR.

Sigo sin saber por qué escribo pero sé que importa a otros.

LES PROPONGO, POR AUGUSTO



Fallecido el 11 de Enero de 2006 en Buenos Aires, Argentina.

(“El que come calafate ha de volver, a sus playas y a sus tierras...")

Veo que el foro se ha llenado de Pitágoras, acólitos y estoicos
Veo mucho carnaval, demonios rojos y fruteros
pregonando idioteces y la Santa Misa aquí en el ágora.
No me ando de indirectas. No se pongan paranoicos
El color de cuna me lo dieron con los óleos y lo mantengo. 


Mi santa indignación de cura. Y de eso nunca me avergüenzo
Ver tanto apátrida quebrado ha sido más que suficiente.
Como héroe saltando al abordaje o poeta acongojado
bramo a ustedes, carnaval de oligarcas prepotentes.
Se han quedado todos muy callados.


Veo con mi bola de cristal que son pocos
los que saben llorar con lágrimas inmensas y sin mocos.
Al natalino y muy difunto Augusto Alvarado Cárdenas
ese que nunca tuvo miedo de saludar a sus verdugos
a pesar de tan terrible nombre, hay que recordarlo seriamente.
(Ahora que lo nombro están incómodos y con amnesia
sobre todo aquellos que no están ni ahí, ni aunque vinieren.
A lo más se quedarán callados como cabros de la escuela).

Déjenme decirles que el difunto Augusto, hijo de Alvarado
también era hijo de sí mismo y de la patria Patagonia,
(Esa patria sin fronteras en la que no caben las trincheras
pues nos unen, calafates y toninas. Y esqueletos de ballenas).

Era hijo puro de la pampa, del témpano y del viento.
Y me detengo; porque este verso ya parece de poeta,
lo cual por lo demás tampoco me sorprende.
Me niego a recordar su nombre con la rabia
de cuando era un detenido y torturado
aunque alguno me recuerde que a mí no me concierne.


Recordaré su caminata al hospital a parlotear con enfermeras
para mirar feliz a todas las doncellas.
Cómo rugían, bramaban y tosían esas provincianas
cuando el doctor Augusto les hacia el treinta y tres.
Y él ni se movió del escritorio para observar esas enaguas.


Recordaré a ese reportero de la pampa
esperando quieto a que el viento amaine
afilando su cuchillo junto al vino
con el mapa exacto del Tesoro de Cambiaso:
la mejor botillería de su patria.


Por ello brindo en bota, con el truco y la bufanda.
Y tal como se estila, con mi boina Alosegui de Tolosa,
Que me disculpen los que beben chicha en cacho
Aquí bebemos vino con el calor de la amistad.

(Siempre los chumangos cuando estamos sobrios
le cantamos a la pampa por unanimidad.)

Hubiera querido dormirse con un canto de sirenas
o a lo menos despertar con la Marcha de un Chopin
pero lo despertaba el ulular de los Bomberos
y el infame bombo del Guatón Abdala y Lamebotas


Algún pálido con vocación de atleta recordará
la historieta del boxeador llamado Cloroformo.
Ese intérprete de payas que se creía Juan Tenorio
y que perdió el campeonato por pegar a la maleta
con el misterioso golpe llamado el gualetazo.


Allí estará Augusto Alvarado Cárdenas
en el perímetro de todo el cuadrilátero
recién bañado y cantando a todo pecho
la canción terrible y nacional de los infiernos
aunque él no creyera en el túnel de la luz
ni mucho menos de perdidos en el túnel de los tiempos.

Estará haciendo lo que siempre hizo:
concertando  la vida de los ángeles,
mateando un cacho con los querubines,

y protestando un pliego de petición
Les estará diciendo rugiendo mordiendo:


Mijos;
llevan mucho tiempo estrujando este limón
están maduros pa´la jubilación.
Vayan retirándo esa costra para fuera
de curas y estropajos, teólogos, cadenas.
Hace algunos años se acabó la esclavitud
Es mejor, amigos, que abandonen el burdel
porque ustedes ya no tienen vocación
.


Amigos; les propongo por AUGUSTO
por solo un día

mirar al sur.
Tal como era su saludo.

BISAGRAS



Me concentro en las bisagras.
Tendría que decir aquí;
mi espalda.

Esas puertas que abren hacia adentro;
¿Cuantas veces abrieron la palabra inútil?
Soy tu hermano.

¿Cuantas veces te dijeron; traicionaste?
Soy tu padre.

¿Y las que abren hacia fuera?
Esas puertas que te expulsan
con la prisa
de las fotos del recuerdo.
Soy tu madre.

Soy y son
siempre las bisagras.
Esas manos que te centran al alero de la brisa
y en el amor simulando al duradero.
Soy tu amigo.

Enciendo un cigarrillo.

Camino con tristeza
y en el humo prieto que se escapa
se me resbala Dios
y un abrazo que me diste.

Soy enemigo.

POEMA GRIEGO

Pienso que hace sólo dos redondos meses 
murmurábamos seriamente
de sátiros y ninfas
perdidos en el laberinto Minotauro
y sobre la redención de la palabra 
en boca de los pájaros de cualquier isla de Chipre.
Yo hubiera sido capaz de morir por ti
desnudo como un Hércules.

Nuestra cumbre era con águilas
que con parloteos alzábamos fogosos
hasta que volaran todos los laureles de eruditos
en la aureola ebria de dos locos en la cima del Olimpo.

¿Quién iba a sospechar que había algo más?
Pero usted pensó que yo tenía más hígado
que el flaco Prometeo 
cuando me dio a probar el brebaje de sus besos.

Como el hielo crea gotas, 

de ellas me haces agua y río
vasto océano, espejo de mis olas
con las nubes que regresan
de la nieve de tu cima y desde el cielo, me goteas
Esas son cosas bonitas y redondas
propias de un Narciso 
pero necias!

Y te las decía sentado en el WC de Atenas
¡Que cosa más intelectual y elíptica
eran nuestras relaciones amistosas
cuando te ponía el beso entre tibia y peroné
al levantar tu amplia túnica de Helena.

Mi lugar era volver a ti redondamente
pues estaba en ti ese círculo virtual vicioso 
tan exacto como el atrio de un Apolo
o como el gesto circular de algún hipódromo 
o la circunferencia de Tales de Mileto
desoyendo siempre cualquier canto de sirena.

Abrí tu madriguera de Drogati y Melissani 
con mi dorado vellocino
donde estuvo siempre mi glóbulo ocular más hábil.
O sea,  yo era un cíclope fanático
de tus rótulas, tobillos y tu monóculo mojado
cuando me caías sobre el nervio ciático
quemando hasta las ruinas mi Troya.

Y ahora te pareces al círculo polar antártico. 
¡Qué te pasa!
Deje usted de sacarle punta al lápiz 
que no soporto el filo frío de su hachazo.

Creo que el aire ya no sostiene tanta ira
a partir de tu mirada en esa bola de cristal
que nos tiró a rodar la bruja Circe con inquina
¿Quién le dijo a usted que yo era un Pinocho mentiroso
para que sea usted,  esa versión mujer de don Otelo?

El verso era el consuelo
y en los espíritus la flama era tan sólo un paseo 
por el cielo de Papá Noel y con sus renos.
 
Usted era una Dama y yo todo un Vagabundo
O sea, todo estaba bien. Cero errores.
Pero en alguna parte estaba el batiscafo 
de las profundidades con los negros buceadores de Cousteaux
¿Quién se iba imaginar que usted,  la señorita,
frecuentaba obtusas amistades con su rey profundo 
don Neptuno o Poseidón?

Mas ahora dices tú de todo y sin trémolos cobardes
me crujes como un árbol que se cae
a espaldas de mi propia barca de Odiseo.
¡Pero qué mujer más puntiaguda!
Ayer no más me lo pedías;
redondea mis mejillas bajas, me decías
y ahora pareces sacapuntas cargándome las culpas. 

Todavía no se reponen estos versos 
de tu gesto arisco tan cuadrangular. 
Y quedarán deformes para siempre. 
Mejor dicho; cuadriformes
con inmensos con enormes hematomas angulares 
puntiagudos y picudos.

Y digamos las cosas como son:
Fue por la traición de tu talón de Aquiles.
cuando te mueven la cola esos Tritones cabalgando los delfines.

No sabes contenerte.
Te lo digo resentido. Lo demás; 
tú ya lo sabes.
Tienes las dos alternativas
O me dejas correr esa cortina de la tina de tu baño
con la música estridente de la película Psicosis
y te clavo con mi daga y con malicia
o pídeme perdón como esa gorda de Amarcod
para que sigamos retozando y contemplando
la constelación del viejo Orión.

Mire usted
que sólo quiero jabonar esos melones resbalosos
a ver si en una de esas nos vamos juntos como globos
sobre la crisma de las eternas
las absolutas 
pompas de jabón.
A menos que mi deseo clueco
a usted le importe un huevo.

SIMULACRO DE DISCURSO DEMOCRÁTICO



Queridísimos(as) amigos(as)
Que ni siquiera se conocen entre ustedes.
ni sueñan los unos con los otros
no conocen sus idiomas,
ni sus dialectos de igualdad.


Ustedes;
los que sueñan en privado
con los  días de fortuna que algún día llegarán,
en esa olla de la suerte 

donde muere el picaflor
para clavar de una vez por todas
la inmensa rueda en el dintel de sus cabezas.


Ustedes; 

que no figuran en la historia universal,
ni siquiera en el paisaje,

que gustan del folklore, la artesanía y el futból,

Ustedes 

las impías brujerías, cartomancias,
lobotomías y  sudor
son ciertamente; los desconocidos de siempre.


Y a pesar de las parodias que intentan estas letras
a pesar de vuestra insuperable inteligencia 
son

 PÚBLICO EN GENERAL. 

Ustedes,
que al pasar bajo la escala se santiguan 

con incomodidad 
se olvidan de las ventas
y dicen no admitir en su vida personal
las Leyes del Mercado ni los brujos de Garay

son 
PÚBLICO así...

en GENERAL.

Ustedes,
los disciplinados con sus rentas.
No corran riesgos. Obedezcan.
Tómense un seguro que les garantice el derecho a respirar.

Ustedes que porfían tan valientemente.
Ustedes,
como nadie,
son recurso humano con un solo derecho;

el derecho al comentario.

Son número
de hambrientos y saciados, 

de jóvenes y viejos, 
de cesantes y empleados
como virus, al igual que los ladrillos o bacilos;
clase media impersonal.
No se crean que visten para santos 

ciudadano ni votantes. No se crean clase media,
No se crean nada.

Tampoco a mí me importan.
Sobretodo no aconsejen,
No se apiaden, ni conmuevan, ni se vistan de eruditos.
Y sobre todo no reprochen ni regañen.
No me ofendan con sus lástimas

más dolor causan ustedes.
Mírense las caras son apenas.

PÚBLICO en  GENERAL
auditorio receptivo
concurrencia, masa de un montón,
migajas y hojarasca.

Olviden las doctrinas que profesan.
Los pobres vivan sus miserias y atesórense los dueños.
La patria, la nación siempre sobrevive al capricho funerario
Alguna vez yo la soñé y no valía ni el esfuerzo.
Ustedes;
que mueven esa cola a quien los alimenta
esperando la caricia y esa gota de amor diario,
en la burbuja y  telediario comentando vanidades,

dan vergüenza, inmensa pena,  mas no dolor.

Si el cristal les dice que ella es una esfera gigantesca.
Allá ustedes 

proliferen sus discursos
nada se pierde con creer,
cada quien tiene el tamaño por crecer

y su tumba por llenar.
Dios en esto,  es siempre inmensamente ecuánime,
a cada uno le reparte su bola cristal.


Y creemos;... por supuesto los creyentes
que todos en la gran humanidad,
nos parecemos...
que lo que te pasa a ti, me pasa a mí
y para ahorrarte el comentario ardiente
di que también yo,
parezco medianube de aerosol.


Pero en este día de elecciones y sufragios
va tu número escrutinio
y después 

como dice la canción
cada señor irá a su misa,
a su capricho libertario 

o a su sueño literario
para continuar creyendo en dilemas y utopías,
concilios y asambleas
Las cuales, por si no te han dicho,
jamás serán la alternativa

que repare las heridas de la vena que te abrieron
medio a medio de tu vida. ©

LAURA


Te adoro fría
como ornamento
a caballo del agua, mojada

Colgada te adoro
de plumas, de ave rapiña
flotando.

Fruta nupcial 
en  la bodega
de mis sabores
multiplicada.

Y el toro que pisa
con uñas de diablo
tus nalgas  tibias
corazonada

Entonces vienen la ola
con tu sal femenina
de espuma leve

Dime corcel de espumas vehementes
cuando trepas
mis ancas frías.

TALLA XXL ©


(Homenaje a los poemas satíricos del siglo de oro)

Quiero
una doncellita cariampollar y repolluda,
que sus caricias sean amasijos de las pizzas,
que me sobara y amasara como pan
para sentir ese sabor aperitivo
a paladar de jamones y arrollados,
que su gesto nunca sea alguna vez huesudo, arisco
y que me  coma con sus ojos con inmensa gula,
como si fuera yo de almíbar,
o un postre tímido de helados.

Me dices que ya no cabes en ti misma de alegría
y al mismo tiempo
estás muy gorda con esos kilos supernumerarios
por lo cual me  corres de tu lado.
No te entiendo.
Es flaco ese favor el que me haces, mi hermosura.
Te amo tan intensamente que mejoras mi apetito
si te veo comer batiendo las quijadas
a sublimes dentelladas con esas mandíbulas de Alien

No le haré caso a mis amigos, quienes dicen:
mejor está sopear el caldo plano de las flacas.
Y ni sueñes en ponerte a dieta pues te amo gruesa.
Tengo plena conciencia de tu robustez tan opulenta,
testigo satisfecho de tus muchas hamburguesas.

Ya me veo estupefacto ante la  mujer Botero
y aplanado  en el generoso pliegue sabrosón de tus costados
o desmayado por tu imponente abrazo tipo ballenero.
Mas no le creo a tu alharaca. Te amo corpulenta. Inmensa.
Debo confesarte que eres muy estimulante.

Te reitero: estoy enamorado de  todo tu contorno.
¿Hay acaso algo más provocador que circundarte
como si yo fuera el estudioso Américo Vespucio?
En una de esas, descubro generosas nuevas Indias
para balancearte al compás de tal circunferencia,
si bien no creo que exista ese tamaño de columpio.

Lo que pasa es que soy adicto a tus dobles curvaturas
y a los abrazos acolchados, pues carezco de abstinencia.
Detesto esas carnes magras  del ayuno
a las que me tenías mal acostumbrado
Antes que esas patas Broiler, prefiero esos muslos de Godzila
y me sulibera más  la lisura en esa piel de Moby Dick
que el brillo pusilánime de una escama de sardina.

Entre curva y rollo,… prefiero la bulimia;
te amaría aunque fueses la culona Venus Williams
Es más; al lado tuyo me siento rutilante,
protegido  y rubicundo querubín con mi Valkiria .

Por favor no persistas con la dieta de la luna
pues enfermarás de anemia  y languidez a lo Morticia
Te prefiero obesa antes que blanca vampiresa.
Yo no podría ser tu conde Nosferatus de ojerizas
con sabor eterno a sangre en las papilas gustativas
aunque de vez en cuando me zampara unas morcillas.

El áureo número del  Phi es tu par de grandes senos,
pero con tanto embelesado por esos círculos concéntricos
me arremeten celos enfermizos.

Extasiado estoy también
por la contundente redondez de tus robustas nalgas
como nubes de ubérrimos balones o globo de tocino.
y me excita el meneo mastodonte de tu grupa
decorada por tus bragas diminutas.
Pero mucho más amo tus fajas
que rebosan cuando abunda con tus carnes
el coloquio atronador de tu enorme digestión
en tu redondo buche de porcino.

Lo decidí. Aumentaré de talla para dar felicidad contigo.
Es probable que yo resulte apretujado dentro de mis ropas
y me transforme en un tonel voluminoso
orbitando por tu esfera como un satélite glotón.
 Te juro que daré la talla como sea. Seremos tú y yo
dos timbales sonando al unísono amoroso.

Pero tú seguirás siendo para siempre
mi frágil virgencita de la suerte
aunque la verdad sea un disfraz piadoso
y que nunca pueda hacer la vista gorda
con nuestro amor voluminoso.
Dame un beso delicado y  redondito
ya que diste al blanco en mi chiflado corazón.

… y pensar que cuando me casé contigo
cabías con sobrada holgura
en la bolsita de un pompón.  ©

LA PAULETTE



Hay una batalla en esa voz
que me hiere con su esquirla fónica
y mi fondo que me tiembla
pierde exhausto mi  silencio y mi sordera
cuando esa bala que sustentas
es la nota ronca de tus cuerdas
perforando impunemente el pecho.

Cómo quisiera que  tus notas
destrozaran la pianola de ese bar antiguo
haciendo  de mis cantos pentagrama y rezo.

Cómo quisiera que tus labios 
se elevaran  de mi estrofa enfurecidos
como si yo fuera sumiso esclavo de tus besos.

Cántame desde esos aires arbotantes
invasiones, miedos, genocidios
o algún trueno carnal que espero
de tus notas altas.

Has de saber,
ahora te lo digo;
en la catedral sonora de tu pecho
se acunaría mi estribillo quieto.

¿Qué puedo hacer
contra el estruendo de tu canto
si aún está naciendo la dulzura de mis tímpanos?

¿Y qué puedo hacer apenas mudo
cuando escucho  y tarareas
la sustancia de tus risas tan letales?

Hay mucho ensueño en las clases de tal música.
y un gran recelo en tus baladas roncas
que en el pizarrón del alma me suceden.

Hay demasiadas verdades que musitas
en el cálido septiembre  que padezco
cuando soy la vieja voz de oscuro que te canta.

Recién hoy
me he dado cuenta lo que soy :
canción de cuna
en ese himno pletórico de orfeones.