Para Elida


¿De qué color era el cielo
cuando decías que me amabas?

... Y ahora miras hacia el más solitario de los cielos...

Antes, nunca me habías mirado
cuando me decías que me amabas...

Tú ya me  conoces demasiado:
vivir es ver morir
y será lo único que confirmará mi vida.

¿De qué sabor eran mis labios melodiosos
cuando me decías que me amabas?

... Y cerrabas tus ojos hacia los míos solitarios...

Antes, nunca me habías mirado
... cuando besabas mis labios solitarios...

Tú ya me conoces bien
Vivir es ver morir.

Como los pétalos que caen,
cae nuestra vida ya de ti.

Hay  tambores pavorosos
y en las campanadas de la casa
puñados de brillantes adivinos
se me mueren.

Apenas son,... las tres de la tarde.
Y no me explico,
hay gotas de rocío en el jardín
que mi soledad no obstante desvanecen.

Y al final de la jornada
ha sido un día solitario,
como el más grande de los cielos
donde me dijiste que me amabas.