No tengo miedo padre. Te lo juro.
No tengo miedo a la furia que me abraza
ni a la paz que ya te agita.
No tengo miedo
ni a tu nombre que rozó la punta de mis dedos
en el muro de cipreses testarudos
cuando yo era sólo un niño..
No le tengo miedo padre
a la pisada en tu gravilla
ni a esa larga caminata que me invitas.
Son los pájaros posados en el frío
viejas lágrimas cayendo a cielo abierto.
¿Quien podría tener miedo
a lo que fue sólo un capullo?
Son los vientos y la lluvia
catedral antigua con viejos aposentos
y que abandonaste como barco deshuesado
en mi playa de recuerdos.
No tengo miedo padre,
te lo juro,
ni cuando vengas frente a frente
a mirar el reflejo de tu espejo
No tengo miedo a la furia que me abraza
ni a la paz que ya te agita.
No tengo miedo
ni a tu nombre que rozó la punta de mis dedos
en el muro de cipreses testarudos
cuando yo era sólo un niño..
No le tengo miedo padre
a la pisada en tu gravilla
ni a esa larga caminata que me invitas.
Son los pájaros posados en el frío
viejas lágrimas cayendo a cielo abierto.
¿Quien podría tener miedo
a lo que fue sólo un capullo?
Son los vientos y la lluvia
catedral antigua con viejos aposentos
y que abandonaste como barco deshuesado
en mi playa de recuerdos.
No tengo miedo padre,
te lo juro,
ni cuando vengas frente a frente
a mirar el reflejo de tu espejo